CARTA DE UN MINISTRO AL REY FELIPE IV
"Dicen a Vuestra Magestad que Portugal no tiene dinero, no tiene navíos, no tiene gente: traidores son los que lo dicen. Pues con qué nos tienen destruidos? Sin gente nos tienen tantas veces desbaratados; Válgame Dios, que fuera con gente! Sin dinero lloramos nuestras ruinas, qué lloráramos si tuvieran dinero? Señor: Portugal nos desbarató en Montijo [batalla de Montijo, 1644], nos destruyó en Yelbes [batalla de Elvas, 1659], Luis Méndez de Haro [Valido de Felipe IV] huyó dejando caballos, artillería, infantes y bagajes.
Portugal en Évora [batalla de Estremoz o de Ameixial, 1663] destruyó la Flor de España, lo mejor de Flandres, lo lucido de Milán, lo escogido de Nápoles y lo granado de Extremadura.
Vergonzosamente se retiró S.A [El Príncipe D. Juan José de Austria, hijo de Felipe IV] dejando ocho millones que costó la empresa, ocho mil muertos, seis mil prisioneros, cuatro mil caballos, veinticuatro piezas de artillería, y lo más lastimoso fue que, de ciento veinte títulos y cabos, no escaparon sino cinco (...). Cada día espera Vuestra Magestad que se gane, y cada día sepa Vuestra Magestad que se pierde, y que es mucha la pérdida de cada día."
[Poco después de estas palabras, tuvo lugar la derrota de Castelo Rodrigo en 1664, y la aplastante derrota de Villaviciosa o Montes Claros en 1665].